Domingo XXI
Is. 66,18-21. Heb. 12,5-7. Lc. 13,22-30
1.- Dos está siempre esperando
El evangelio de hoy nos invita a reflexionar acerca del tema de la salvación.
Alguien se le acerca y le pregunta “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” (13,23).
Jesús responde diciendo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”.
- ¿Qué significa esta «puerta estrecha»?
- ¿Por qué muchos no logran entrar por ella?
- ¿Acaso se trata de un paso reservado sólo a algunos elegidos?
- El paso a la vida eterna está abierto para todos, pero es «estrecho» porque es exigente, requiere esfuerzo, mortificación del propio egoísmo.2.- Jesús es la puertaÉl es el paso hacía la salvación. Él conduce al Padre. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Dios desea lo mejor para cada uno de nosotros. Dios no impone la salvación, Dios la ofrece, pero necesita la respuesta positiva y la acogida del ser humano. 3 .- Respuesta. Es pura gracia Respuesta dada por el Señor a los que se creen con derechos: “no sé quienes sois”, el hecho de salvarse o no, no depende de cumplir una serie de ritos, sino por pura gracia, es Dios quien salva y eso se manifiesta en el modo de vivir. 4 – La verdadera amistad con JesúsLa verdadera amistad con Jesús se manifiesta en el modo de vivir: se expresa con la bondad del corazón, con la humildad, con la mansedumbre y la misericordia, con el amor por la justicia y la verdad.5.- Es es el carné de identidad. Podríamos decir que este es el «carné de identidad» que nos distingue como sus «amigos» auténticos; es el «pasaporte» que nos permitirá entrar en la vida eterna.”Jesús invita a todos al banquete de la vida inmortal. En el último día —recuerda también Jesús en el evangelio— no seremos juzgados según presuntos privilegios, sino según nuestras obras.
1.- Dos está siempre esperando
Es Él quien da el primer paso. … Él respeta la libertad de cada hombre pero está allí, esperando que nosotros le abramos un poquito la puerta. Y esto es lo grande del Señor: es humilde. Nuestro Dios es humilde. Se humilla esperándonos. Está siempre allí, esperando.
El evangelio de hoy nos invita a reflexionar acerca del tema de la salvación.
Alguien se le acerca y le pregunta “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” (13,23).
Jesús responde diciendo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. ¿Qué significa esta «puerta estrecha»? ¿Por qué muchos no logran entrar por ella? ¿Acaso se trata de un paso reservado sólo a algunos elegidos? El paso a la vida eterna está abierto para todos, pero es «estrecho» porque es exigente, requiere esfuerzo, mortificación del propio egoísmo.
2.- Jesús es la puerta
Él es el paso hacía la salvación. Él conduce al Padre. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Dios desea lo mejor para cada uno de nosotros. Dios no impone la salvación, Dios la ofrece, pero necesita la respuesta positiva y la acogida del ser humano.
3º.- Respuesta
Respuesta dada por el Señor a los que se creen con derechos: “no sé quienes sois”, el hecho de salvarse o no, no depende de cumplir una serie de ritos, sino por pura gracia, es Dios quien salva y eso se manifiesta en el modo de vivir.
4º- La verdadera amistad con Jesús
La verdadera amistad con Jesús se manifiesta en el modo de vivir: se expresa con la bondad del corazón, con la humildad, con la mansedumbre y la misericordia, con el amor por la justicia y la verdad, con el compromiso sincero y honrado en favor de la paz y la reconciliación.”
5.- Carné de identidad.
Podríamos decir que este es el «carné de identidad» que nos distingue como sus «amigos» auténticos; es el «pasaporte» que nos permitirá entrar en la vida eterna.”
Jesús invita a todos al banquete de la vida inmortal. En el último día —recuerda también Jesús en el evangelio— no seremos juzgados según presuntos privilegios, sino según nuestras obras.