XVII (24-7-22) El Padrenuestro
El Padre nuestro, oración con la que llamamos a Dios ¡Abbá!, «Papá”.
«Señor, enséñanos a rezar» (Lc. 11,1), le piden a Jesús, sus discípulos. Siempre debemos aprender
A tener en cuenta en la oración:
1º Humildad. (Ej. Fariseo y Publicano)
«…Porque el que se ensalza será humillado, el que se humilla será ensalzado» (Lc. 18, 14). «No seamos como los hipócritas, que gustan de orar para ser vistos (Mateo 6, 5). «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y después de cerrar la puerta, ora a tu padre, que está allí en lo secreto» (Mateo 6, 6).
2º Rezar no es disculparse—o «hablar con Dios como un loro». ¡No! La oración se hace desde el corazón.
«¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pescado le da una culebra?» (v. 11). Jesús nos hace entender que Dios siempre responde, que ninguna oración quedará sin ser escuchada, ¿Por qué? Porque es un Padre, y no olvida a sus hijos que sufren.
Es cierto que muchas de nuestras oraciones parecen no obtener ningún resultado. Pero el resultado es que la oración siempre transforma la realidad, siempre.
3º Padre (ABBA)
Para un cristiano, rezar es simplemente decir “Abba”, decir “papá”, con la confianza de un niño. Venga a nosotros tu Reino.
Pero el mundo todavía está marcado por el pecado; hay tanta gente que sufre, personas que no se reconcilian y no perdonan; hay guerras y tantas formas de explotación. Todo eso indica que muchos hombres y mujeres todavía viven con el corazón cerrado.
4º.- «¡Danos hoy nuestro pan de cada día!
Jesús nos enseña a pedirle al Padre el pan de cada día. El verdadero milagro realizado por Jesús ese día no es tanto la multiplicación —que es verdad— sino el compartir: dad lo que tengáis y yo haré el milagro.
5º. «Perdónanos nuestras ofensas, «Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
Dios lo perdona todo y perdona siempre. Si no perdonamos, Dios no te perdonará. Pensémoslo.
6º.- «No nos dejes caer en la tentación».
Hoy hay gente que dice que “El diablo no existe». Sin embargo el Evangelio enseña que Jesús se enfrentó al diablo cuando fue tentado por Satanás.
«Líbranos del mal» El primer saludo de Jesús resucitado es «paz a vosotros», paz a vuestras vidas. El Señor nos da la paz, nos da el perdón, pero nosotros debemos pedir: «líbranos del mal», para no caer en el mal.
Día de los abuelos
Día de los Abuelos y de los Mayores , 24 de julio.
¡Bendita la casa que cuida a un anciano!
¡Bendita la familia que honra a sus abuelos!”.
Se necesita una revolución de la ternura. Única revolución alabable. Los Ancianos tienen una misión importante en la vida. Son “artífices de la revolución de la ternura”.
Si tenemos abuelos, no los olvidemos ni dejemos de visitarlos. Preguntémosles acerca de su vida. Seguramente descubriremos muchas cosas que no sabíamos y tendremos la oportunidad de aprender de sus aciertos y errores. La visita a los ancianos que están solos es una obra de misericordia de nuestro tiempo.
Los ancianos representan un 25% de la población mundial.
La ancianidad a muchos les da miedo. La consideran una especie de enfermedad con la que es mejor no entrar en contacto». ¡Envejecer no es una condena, es una bendición!”.
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Espiritu de Dios llena mi vida
Nada te turbe (solo Dios basta)
El Padre nuestro, oración con la que llamamos a Dios ¡Abbá!, «Papá”.
«Señor, enséñanos a rezar» (Lc. 11,1), le piden a Jesús, sus discípulos.
Pensemos que el primer saludo de Jesús resucitado es «paz a vosotros», paz a vuestras vidas. El Señor nos da la paz, nos da el perdón, pero nosotros debemos pedir: «líbranos del mal», para no caer en el mal.
¡Aunque recemos quizás desde hace muchos años, siempre debemos aprender!
1º Humildad. (Ej. Fariseo y Publicano)
«…Porque el que se ensalza será humillado, el que se humilla será ensalzado» (Lc. 18, 14).
Humildad. Dirigirnos a Dios, nuestro Padre y decirle: “Mírame, soy pecador, soy débil… Dios es el Padre que tiene una inmensa compasión de nosotros y quiere que sus hijos le hablen sin miedo, directamente llamándolo «Padre» «Padre nuestro».
«No seáis como los hipócritas, que gustan de orar para ser vistos (Mateo 6, 5).
La oración cristiana, en cambio, no tiene otro testigo más creíble que la propia conciencia, en un diálogo con el Padre: «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y después de cerrar la puerta, ora a tu padre, que está allí en lo secreto» (Mateo 6, 6).
2º Rezar no es disculparse—o «hablar con Dios como un loro». ¡No! La oración se hace desde el corazón.
Cuando reces, dirígete a Dios como un hijo a su padre, que sabe lo que necesita antes de pedírselo (Mateo 6, 8).. «Padre, que estás en el cielo». «¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pescado le da una culebra?» (v. 11). Jesús nos hace entender que Dios siempre responde, que ninguna oración quedará sin ser escuchada, ¿Por qué? Porque es un Padre, y no olvida a sus hijos que sufren.
Es cierto que muchas de nuestras oraciones parecen no obtener ningún resultado. Pero Jesús nos insta, en esos momentos, a insistir y no rendirnos. La oración siempre transforma la realidad, siempre.
3º PADRE (ABBA)
Para un cristiano, rezar es simplemente decir “Abba”, decir “papá”, decir “Padre”, pero con la confianza de un niño. Venga a nosotros tu Reino.
Pero el mundo todavía está marcado por el pecado; hay tanta gente que sufre, personas que no se reconcilian y no perdonan; hay guerras y tantas formas de explotación. Todos estos hechos son una prueba de que la victoria de Cristo aún está completamente: muchos hombres y mujeres todavía viven con el corazón cerrado.
4º.- «¡Danos hoy nuestro pan de cada día!
Jesús nos enseña a pedirle al Padre el pan de cada día. El verdadero milagro realizado por Jesús ese día no es tanto la multiplicación —que es verdad— sino el compartir: dad lo que tengáis y yo haré el milagro.
5º. «Perdónanos nuestras ofensas, «Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
Dios lo perdona todo y perdona siempre. Si no perdonamos, Dios no te perdonará. Pensémoslo.
6º.- «No nos dejes caer en la tentación».
Hoy hay gente que dice que “El diablo no existe». Sin embargo el Evangelio enseña que Jesús se enfrentó al diablo, fue tentado por Satanás.
«Líbranos del mal»
Pensemos que el primer saludo de Jesús resucitado es «paz a vosotros», paz a vuestras vidas. El Señor nos da la paz, nos da el perdón, pero nosotros debemos pedir: «líbranos del mal», para no caer en el mal.
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Pedagogía. El ángelus y la Cope