En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Nos recuerda el Papa Francisco que “Dios es comunión de amor”. Al realizar la señal de la cruz sobre nuestro cuerpo recordamos cuánto nos ha amado Dios; su amor nos envuelve completamente, de arriba abajo, de izquierda a derecha, como un abrazo que no nos abandona nunca.

Oír hablar de un Padre y un Hijo nos sitúa en un ambiente de cercanía y confianza. Es una referencia a un Dios familiar. ¡ Que bueno es hacer la señal de la cruz en la mesa al inicio de la comida. La señal de la cruz (Padre, Hijo y Espíritu Santo) nos habla de un Dios comunión, cercano.
Es como estar invitados. Invitados a sentarnos a la mesa con Dios para compartir su amor. Al inicio de la Misa siempre hacemos la señal de la cruz. Es un sencillo gesto pero muy expresivo y rico. Al hacerlo y tocar nuestro pecho recordamos a Dios que en su Hijo se ha ofrecido hasta dar su vida. Su amor nos envuelve de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Es como un gran abrazo que no nos abandona. Dios es amor, Dios es Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y ha dado la vida por nosotros. El símbolo de la cruz lo recuerda.