Virgen De Alba

Fiesta de la Virgen de Alba, 15 de agosto 2003 

Alba. Santuario V. Alba 

Alba, 2003. Como todos los 15 de agosto, 1 año más, estamos aquí reunidos en este marco incomparable de Alba alrededor de la Virgen María. Hoy también en muchos otros lugares de España, otras gentes  -cristianos como nosotros- tributan esta veneración a la Madre de Dios.  Sin duda que muchos de ustedes están familiarizados con esta devoción a la Virgen: el rezo del Rosario. ¡Cuántos hogares tienen está buena costumbre!. Yo desde pequeño, conocí esta devoción, el rezo del Rosario en casa de mis padres. 

Es la fe, la fe de nuestros antepasados, nuestra fe cristiana, nuestra fe en Cristo que nos lleva a reconocer nuestra devoción a su madre María.  

El centro de nuestra fe

Pero fijémonos bien. El centro de nuestra fe es Cristo Jesucristo. No María, su madre. Aunque qué duda cabe, veneramos y de forma especial a María, la madre de Jesús. Veneramos, no adoramos, solo se adora a Dios a Jesucristo, es decir, ante la Virgen María no hacemos la genuflexión, por ejemplo. Claro que esto tiene una importancia relativa, pero nosotros, los cristianos, tenemos que preocuparnos de matizar y saber en qué creemos y en qué consiste nuestra fe. No podemos hacer como aquellos que acudían puntualmente cada año a la Virgen del Rocío, pero después se desentendían de toda vivencia religiosa. Tampoco hacemos la genuflexión ante una imagen de Santo, por ejemplo, ante San Melchor, nuestro Santo Asturiano y quirosano, que en vida fue un gran devoto de la Virgen de Alba . A San Melchor también lo veneramos, no lo adoramos. A propósito de esta matización, diferenciar entre veneración y adoración, pienso que puede venir a cuento todo el debate al que estamos asistiendo desde hace años y que en determinados momentos vuelve a la palestra. Me refiero a las críticas, unas a favor y otras en contra de la religión en la escuela. 

Habrán oído ustedes que una nueva ley LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la enseñanza) aprobada por la actual administración, pretende que el estudio del hecho religioso como fenómeno antropológico y cultural sea estudiado por todos los jóvenes en edad escolar, bien en la opción confesional católica o en su caso evangélica judía o islámica, o bien en una opción no confesional.  La nueva situación educativa es una oportunidad histórica para la maduración cultural de todos, superando radicalismos, fundamentalistas y laicistas. Pues bien, a esta propuesta, ya aprobada en ley, se ha oído en estos últimos días del curso escolar y estén atentos porque ahora, al iniciarse el nuevo curso, (septiembre y octubre) se volverán a oír voces críticas con argumentos, en nuestra opinión, poco consistentes, mejor dicho, demagógicos y con verdades a medias. Verán. Como algunos partidos y algunos sindicatos apoyados en determinada prensa, se oponen a que los jóvenes reciban formación cultural sobre el hecho religioso en las escuelas y argumentan que es inconstitucional, argumento falso o que la fe no se evalúa, argumento que tampoco sirve. Como diré ahora. 

Pero resulta aún más extraño. Que entre estas voces esté algún sacerdote. Y voy a decir esto con todo el respeto, pero con toda la libertad que cada uno de nosotros tiene. Sin ir más lejos, llama la atención si la referencia periodística es fiel y pensamos que lo es. Lo que leí hace unos días en un diario asturiano. Se trataba de una reseña sobre la charla pronunciada por el sacerdote Javier Fernández Conde. Es exrector del seminario y actualmente profesor de la Universidad de Oviedo, quien mediante una conferencia titulada «La Iglesia del futuro» pronunciada dentro del ciclo “Cristianismo” y organizado por el Ateneo Jovellanos. En esa conferencia, las declaraciones de Javier Fernández Conde no tienen desperdicio, pero me parecen contradictorias y algo extraño, una persona de su preparación; una de sus chocantes afirmaciones, fue que “puntuar la asignatura de religión es nostalgia del pasado”. Como lo fue que el término Iglesia católica apareciera en la Constitución española o ahora lo haga en la Carta Magna Europea. 

No estamos de acuerdo, profesor Fernández Conde. Queremos generaciones cultas y que no se avergüencen de sus raíces, de su Historia; generaciones de jóvenes que conozcan el hecho religioso, que sepan diferenciar palabras como latría, dulía, etcétera, que sepan respetar a los que no piensan como ellos, respetar a gentes de otras religiones. Que no confundan lo que es venerar a un Santo con adorar a Dios, por ejemplo, y esos conocimientos son evaluables y eso no es nostalgia del pasado. Javier Fernández Conde debería saber que la religión, además de una elección trascendente, es una rama del conocimiento, puesto que sobre ella se fundamenta nuestra genealogía cultural. Mucho se podría hablar de esto. Pues bien, estas voces de algunos intelectuales, como la que también dejó constancia en el mismo diario asturiano Pedro de Silva; otro intelectual, yo matizo que lo de intelectual lo entendamos entre comillas, el cual tiene miedo a que con la reforma de la LOCE. Ley Orgánica de la Calidad de la Enseñanza, surjan más ateos y agnósticos.  

La fe no se evalúa

¿Cómo se evalúa la fe? Preguntan algunas veces haciendo gala de una demagogia cuando menos provocadora. Todos sabemos que la fe no se evalúa. La fe personal, ciertamente no se evalúa en la escuela, pero la fe cristiana como hecho histórico y como realidad objetiva, es objeto de estudio cuyos conocimientos sí pueden y deben ser evaluados. No se evalúa la fe de los alumnos o su fidelidad a unas creencias, sino sus conocimientos sobre ellas. Porque queremos, repito, que las generaciones nuevas sean cultas. Una mayor cultura religiosa evitaría exhibiciones de ignorancia y no confundir, por ejemplo, pecado mortal con capital o decir, que Héctor era un nombre bíblico.

¿Por qué tanto revuelo? ¿Por qué declaraciones como las de Fernández Conde o notas con tintes de mofa, como las de Pedro de Silva? ¿por qué se arma tanta protesta y de forma tan beligerante? ¿Ignorancia? No lo creo. En esas voces la ignorancia sería imperdonable. ¿Progresismo trasnochado? Demagogia sin consistencia. ¿Por qué molesta la religión? Ustedes piensan que la religión puede hacer daño; que enseñar cultura religiosa cristiana, otras religiones, puede perjudicar a nuestros jóvenes. Ustedes y muchas otras personas saben bien que la religión es liberadora y no puede hacer daño nunca. Retomando una expresión de Juan Pablo II y apoyada por todos los líderes religiosos y pronunciada hace dos años en Asís, la tierra de San Francisco, nunca más la violencia, guerras, odios en nombre de Dios. O expresiones como no hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón.  Todos esos pronunciamientos tienen consistencia cristiana y ¡que falta está nuestra sociedad de estas vivencias!  Pues bien, es cierto, sin embargo, que a algunas personas a algunos partidos y a algunos sindicatos sí les molesta la religión en la escuela.  

¿En qué estorban hoy los valores? ¿Es que no queremos conocer, aprender, saber y vivir que la noción del deber, de respeto, del respeto al otro, de la fidelidad a la verdad y a la  lealtad, del dominio sobre sí mismo, de la libertad de los otros, como limitación de nuestra propia libertad, de la solidaridad como expresión de la caridad, en su sentido más auténtico, está en la médula misma de la moral cristiana?  De aquí la importancia de la religión como asignatura en cuanto factor esencial para la formación del ser humano.  Que la Virgen de Alba nos ayude, siguiendo su ejemplo, a crecer como personas, como cristianos y a comprometernos en la defensa de nuestros derechos. No es cualquier cosa la formación cultural de las futuras generaciones. S. Melchor de Quirós que ejerció como docente, lo sabía bien. Que la Virgen de Alba (pedimos) ilumine a los padres y madres aquí presentes a que defiendan sus derechos, – incluso frente a partidos políticos y sindicatos- posiblemente de su misma ideología, pero en este punto de la religión, en la escuela, claramente con ideas trasnochadas desfasadas; queremos generaciones cultas conocedoras de nuestras raíces cristianas, raíces que llevan a aquel que dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida. Esa es la auténtica liberación; esa iglesia formada por personas así, esta iglesia del futuro. Que así sea.


Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *