El cambio climático. Postura crítica
La Agenda 2030
Papa Francisco
El Cambio Climático
Postura crítica
¿Qué es la Agenda 2030?
La Agenda 2030 es un documento con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la ONU aprobó en 2015 y en el que propone a los Estados miembros un horizonte de acción, con un plazo de 15 años para alcanzarlo. España es uno de los países que firmó esta Agenda. Para algunos es algo desconocido, para otros una catástrofe que nos dirige al abismo, para otros algo elaborado por los grandes poderes de la Tierra, y para otros una serie de metas buenas a conseguir en los próximos años.
Los objetivos casi en su totalidad son incuestionables; ¿quién va a estar contra la erradicación del hambre en el mundo? ¿quién estaría contra la provisión de agua potable? ¿quién contra una mejora en la sanidad o una mejora la formación (educación) de las futuras generaciones? El problema surge con la pregunta: ¿El fin justifica los medios? es decir, los medios propuestos por Naciones Unidas para alcanzar esos objetivos son éticos?
Objetivos de la Agenda 2030
El 22 de abril, de 2010, la Asamblea General de la ONU, declaraba el Día Internacional de la Madre Tierra, hacia referencia a la presentación de la Carta de la Tierra en la UNESCO (Paris) y a su lanzamiento internacional en La Haya (Holanda). Mikhail Gorbachev consideraba el manifiesto como un verdadero «Decálogo de la Nueva Era», base para un código de conducta universal que deberá regir al mundo desde el año 2000.
Se gesta una propuesta de aplicación de un nuevo modo de vida. ¿Cómo? Cambiando los Diez Mandamientos por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra. La ONU que se funda en 1945, buscaba garantizar la paz mundial. En 1948 promovió la Declaración Universal de los Derechos Humanos, centrada en la dignidad humana. A partir de los años 90, la imagen de la ONU decayó. Surgen grupos de presión que influyen para para crear una nueva ética mundial. Influyen en la sociedad defendiendo la ideología de género, el aborto como derecho y la eutanasia. El ideal de una nueva ética mundial cedió al derecho a elegir como criterio supremo.
La Religión Cristiana, enseña que Dios hizo al ser humano «dueño de la Tierra»
La Tierra es un regalo de Dios. Nadie cuestiona que tenemos que cuidarla; no destruirla. Es un bien moral. Desde la Religión cristiana se potencia ese cuidado de la Tierra, pero el Cielo no está en la Tierra. Sí que debemos intentar hacer la Tierra lo más parecido al Cielo, pero sin prescindir de Dios. No olvidar el Decálogo de los Diez Mandamientos. Decálogo milenario. Los diez mandamientos, son patrimonio de toda la humanidad, porque ahí se compendia toda la Ley Natural».
En cambio la libertad de la Agenda, definida vagamente como la «paz universal dentro de un concepto más amplio de libertad«, conlleva la ampliación de los llamados derechos sexuales y reproductivos -aborto, uniones homosexuales o igualdad de géneros-, siguiendo la máxima de la Escuela de Frankfurt de que «la paz llega cuando la persona se libera sexualmente«.
Quinto objetivo
Así en el Quinto objetivo se dice: Objetivo: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas: más niñas están escolarizadas, y se obliga a menos niñas al matrimonio precoz; hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo, y las leyes se están reformando para fomentar la igualdad de género.
La pandemia también ha conducido a un fuerte aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. Con las medidas de confinamiento en vigor, muchas mujeres se encuentran atrapadas en casa con sus abusadores, con dificultades para acceder a servicios que están padeciendo recortes y restricciones. Los nuevos datos muestran que, desde el brote de la pandemia, la violencia contra las mujeres y las niñas (y, especialmente, la violencia doméstica) se ha intensificado.
- Es necesario un liderazgo político, unas inversiones y unas reformas políticas integrales para desmantelar las barreras sistémicas que impiden alcanzar el Objetivo 5. La igualdad de género es un objetivo transversal y debe ser un elemento clave en las políticas, presupuestos e instituciones nacionales.
- Fuente: Informe sobre los ODS 2023
Visión cristiana. Reflexión crítica
Desde una visión cristiana, se ve al hombre y a la mujer como diferentes y complementarios, pero iguales en derechos y dignidad (si la «igualdad de género» potencia eso, está en el buen camino). El problema surge cuando se defiende que cualquier estilo de vida, modelo de familia o matrimonio es válido y que puedes escoger tu género al margen de tu realidad biológica.
En la Agenda 2030 no llaman al aborto por su nombre. Usan el eufemismo «derechos sexuales y reproductivos».se pretende una defensa y justificación de la natalidad. De estas propuestas surgen planteamientos que dejan ver una preocupación por la población mundial con una apuesta por la reducción de la población mundial; así, cuando se habla de reducir la pobreza se mira a ese objetivo.
Asimismo, se viene a decir que las leyes que restringen o penalizan el aborto son una amenaza para la salud sexual y reproductiva de las mujeres. Con la defensa del aborto se pretende una defensa en contra de la natalidad. ¿ Somos demasiados en la Tierra ? Parece que la respuesta que se extrae es que si y que entonces hay que eliminar a los pobres y a todo ser no deseado y/o querido.
Sin embargo en la postura cristiana, como todo está relacionado, no es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. No podemos acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades. Todo ser humano tiene un cuerpo que exige alimentarse y cuidarse para sobrevivir, posee unos atributos sexuales diferenciados para poder realizar una reproducción determinada por la especie. No es entonces defendible que lo único que define al ser humano es que es capaz de pensar e imaginar. Y que ahí está lo importante, no tu realidad biológica.
A través del aborto -que no deja de ser un genocidio- de la ideología de género defendiendo la eutanasia y eugenesia, se pretende frenar la natalidad. Es una forma de control de la natalidad. El ser humano es el causante de todo este desastre ecológico -dicen-, por tanto hemos de acabar esos males ecológicos por medio del aborto o la eutanasia. El ser humano no tiene dignidad, solo la Madre Tierra.
El «Cambio Climático»
¿Es correcto, científicamente, transmitir con tintes catastrofistas que hay un cambio climático? Según datos publicados, Europa emite menos del 9% del total de emisiones de CO2. Aunque Europa consiguiera reducir a la mitad sus emisiones de anhídrico carbónico, el impacto en el total mundial de emisiones sería apenas del 3% o 4%. Por otra parte, el CO2 no es contaminación. Los estudios de la NASA confirman que la vegetación ha aumentado en todo el mundo debido a que almacenamos más CO2.
En estos últimos diez años, aproximadamente, se ha pasado a la adopción de normas más allá de las naciones, que mediante la globalización y la interconexión entre las naciones han llevado a un crecimiento en la necesidad de establecer normas y regulaciones que aborden cuestiones que afectan a la humanidad en su conjunto. Esto incluye cuestiones relacionadas con la ingeniería social, la influencia en la sociedad, la ideología, el derecho, el aborto, la eutanasia, la ética, la dignidad humana.
Es cierto que aún existen desafíos para garantizar la igualdad en todas las culturas y sociedades. Es positivo el respetar la dignidad de toda persona en la toma de decisiones según su conciencia en lo que se refiere a su propia vida y otras decisiones como el aborto y la eutanasia, pero ello lleva una formación por el alcance de algunas de esas decisiones como el aborto o la eutanasia. Porque la decisión de si estas prácticas deben ser legales o no plantea cuestiones éticas, religiosas y de derechos individuales que lleva a un retroceso más que progreso en la defensa de los derechos humanos y defensa de la naturaleza. Es necesario desarrollar normas globales para abordar desafíos de hoy, pero ¿quién debe establecer estas normas y cómo deben ser implementadas y respetadas?. Porque pueden ser utilizadas como herramientas de ingeniería social para influir en la forma en que las personas piensan y se comportan. Esto plantea preocupaciones sobre la manipulación de las creencias y valores de la sociedad a través de la normativa y la regulación.
Las normas globales pueden proponer ciertas ideologías o valores, lo que puede generar tensiones entre diferentes grupos y naciones que tienen perspectivas divergentes. Es decir, el pretender defender una ideología particular a nivel global puede generar conflictos. Efectivamente, la idea de normas globales puede ser vista como una forma de imposición de poder por parte de las naciones más poderosas. ¿Quién decide estas normas y quién las hace cumplir? Con frecuencia se constata que, los países más influyentes tienden a beneficiarse más de estas normas que los países más pequeños, lo que puede conducir a desigualdades globales. Puede llevar a la homogeneización cultural y la pérdida de diversidad cultural y social. La imposición de ciertas ideologías a nivel global puede ser vista como una forma de imperialismo cultural. Los valores y creencias de una sociedad no siempre deben ser juzgados desde la perspectiva de otra cultura.
La evolución de la sociedad y la tecnología plantea nuevas cuestiones éticas, como la edición genética, la inteligencia artificial y la realidad virtual. La definición de la dignidad humana y los límites éticos de la ciencia y la tecnología son temas cruciales. Se requiere un equilibrio entre el respeto a la diversidad cultural y el establecimiento de normas éticas fundamentales que protejan los derechos humanos y promuevan un mundo más justo. Porque todo tiene su límite.
Análisis del objetivo 13. Reflexión critica
¿En qué consiste el Objetivo de Desarrollo Sostenible ? Este objetivo dice que el cambio climático es un fenómeno que afecta a todos los países y personas del mundo, que “es el mayor riesgo sistémico a nivel global para el futuro cercano”. La concentración de CO2 en la atmósfera se ha acelerado en los últimos años, llegando a superar récords históricos en 2019 nunca vistos, como son las 415 partículas por millón (ppm). Las consecuencias sobre el planeta son directas, provocando el calentamiento de los océanos, el aumento del nivel del mar, la descongelación de los polos, la pérdida de biodiversidad y fenómenos meteorológicos extremos, tales como olas de calor prolongadas, incendios, desertificación de terrenos, sequías, terremotos, inundaciones y tsunamis.
«El ODS 13 pretende introducir el cambio climático como cuestión primordial en las políticas, estrategias y planes de países, empresas y sociedad civil, mejorando la respuesta» Las consecuencias del cambio climático pueden ser irreversibles, si no se toman medidas urgentes. En la Conferencia de París sobre el Clima (COP21), celebrada en 2015, 195 países firmaron el Acuerdo de París, el primer acuerdo vinculante mundial sobre el clima. El objetivo es gestionar la transición hacia una economía baja en carbono y lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga por debajo de los 2 grados centígrados. Creen que las emisiones globales de CO2 tendrían que disminuir en 2030 alrededor de un 45% respecto de los niveles de 2010, y seguir disminuyendo hasta alcanzar la neutralidad en 2050 para cumplir con este objetivo y evitar consecuencias catastróficas y cambios irreversibles. El sector privado juega un papel protagonista en este sentido, debiendo establecer estrategias para reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera, impulsando las energías renovables.
El Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) sostiene que el calentamiento global es una amenaza real, creciente, inminente y universal y que hay una conexión entre las actividades del hombre (especialmente por las emisiones de CO2) y el desencadenamiento de dicha crisis climática.
El 9-10-23 se publicaban en La Nueva España unas declaraciones de Thelma Krug, investigadora brasileña, premio iberoamericano Asicom, por su trayectoria en la investigación sobre el medio ambiente a nivel global, pero sobre todo por su actividad y compromiso en el combate al cambio climático en todo el orbe, que la han llevado a ser una referencia en la materia. Y decía «…Las personas son libres de formarse sus propias opiniones, pero cada opinión, y particularmente sobre temas que tienen implicaciones para la vida y los ecosistemas de las personas, para las comunidades tradicionales y los pueblos indígenas y para la generación futura, debe estar respaldada por datos y resultados y el conocimiento científicos más actuales.
Algunos negacionistas pueden estar de acuerdo en que se están produciendo cambios en el sistema climático, pero no aceptan que estos cambios puedan atribuirse a la influencia humana. Hoy en día, la ciencia ha llegado a la conclusión inequívoca de que el calentamiento del sistema climático se atribuye a la influencia del ser humano, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero de naturaleza antropogénica».
Y en referencia al agua, decía: «…Es una de la mayores preocupaciones sobre el cambio climático. Actualmente, se estima que alrededor de la mitad de los aproximadamente 8.000 millones de habitantes en el mundo, enfrentan una grave escasez de agua durante al menos una parte del año debido a factores climáticos y no climáticos.
Pues bien, en oposición a esto, los premios Nobel de Física John Clauser e Ivar Giaever, junto con otros científicos, como: Richard Lindzen, un científico atmosférico y profesor emérito del MIT que ha expresado escepticismo sobre la gravedad del cambio climático y ha cuestionado la relación entre las emisiones humanas de dióxido de carbono y el calentamiento global. Judith Curry, profesora de ciencias de la tierra y la atmósfera en la Universidad de Georgia. Ha sido crítica con las proyecciones alarmistas del cambio climático y ha defendido la importancia de considerar la variabilidad natural en el clima. Roy Spencer, meteorólogo y científico climático que ha sido crítico con la magnitud del calentamiento global y ha argumentado que los modelos climáticos exageran el impacto de las emisiones humanas de CO2. William Happer, físico que ha expresado escepticismo sobre la gravedad del cambio climático y ha argumentado que el CO2 es beneficioso para la Tierra. Richard Tol, economista ambiental que ha cuestionado algunos aspectos de la investigación sobre el cambio climático, aunque no niega la existencia del fenómeno. han expresado su desacuerdo sobre la gravedad del calentamiento global. Estos y otros científicos firmaron la Declaración Mundial sobre el Clima, en la que se establece que no estamos frente a una emergencia climática de la la magnitud que advierte el objetivo 13 de la Agenda 2030. Y dicen que el cambio climático ha existido siempre. El clima de la Tierra ha pasado por ciclos naturales de fases frías y cálidas. La última fase fría terminó a mediados del siglo XIX.
En esa mima opinión el astrofísico japonés Saku Tsuneta durante una conferencia impartida, en Madrid en la sede la Fundación BBVA en 2016. (Sus investigaciones se han centrado en todo aquello relacionado con los campos magnéticos del cosmos, con especial atención en el Sol, donde se generan intensos campos magnéticos y diversos fenómenos dinámicos relacionados con la energía magnética que nos afectan).
Tsuneta destacó que al emplear modelo teóricos para estudiar como fue la evolución de las temperaturas, los resultados no son muy seguros, así lo reflejaba el oncólogo Ángel Jiménez Lacave (LNE 29 septiembre de 2023), en un artículo en referencia al precio de la electricidad y el calentamiento del planeta.
El profesor Aono, de la Universidad de Osaka, observó que hay una relación entre la temperatura terrestre y la floración de los cerezos. Su equipo recogió los datos sobre los periodos de floración los cerezos hasta el siglo IX. Correlacionando los períodos de floración con las temperaturas registradas y extraplano esta relación a períodos anteriores, mostraron una gráfica en donde se aprecia que los ciclos entre las fases cálidas u las frías ocurren aproximadamente cada 150-200 años. Según estos datos estaríamos llegando al final de una fase cálida.
Tsuneta explicó que el calentamiento del planea no está ligado a la acción del ser humano. Argumentó que las emisiones de CO2 industriales no son la causa primaria del calentamiento terrestre. En cambio aseguró que las variaciones de temperatura dependen fundamentalmente de la actividad del sol: a más manchas solares maoríes temperaturas y viceversa. Por otra parte constató que, aparte del sol, los factores esenciales para la habitabilidad en un planeta están: el agua, el CO2, el ozono y el metano. El CO2 es necesario para la vida en la Tierra, ya que es la fuente principal de carbono en nuestra dieta, que extraen las plantas del dióxido de carbono (CO2) a través de la fotosíntesis. Esta postura se opone a las del grupo IPCC y organismo de la UE y de la ONU, que mantienen que el CO2 industrial es el principal causante del calentamiento global.
¿Por qué, entonces, se están cerrando las pocas fuentes de energía que emiten CO2, con el consiguiente incremento del precio de la electricidad?, se preguntaba, Ángel Jiménez Lacave. En España se están eliminando presas (actualmente alrededor de 300) con el argumento de que el agua de ls ríos debe fluir libremente hacia el mar. Esta acción conlleva el cierre de las centrales hidroeléctricas adyacentes, muchas de ellas en buen estado.
Manifiesto contra «la emergencia climática»
En el año 2019 nació la Fundación CLINTE, que defiende que no hay emergencia climática. Así lo han firmado más de 1.800 científicos, profesores y expertos de todo el mundo. El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850. La NASA define el término Pequeña Edad del Hielo como un periodo frío entre 1550 y 1850 con tres periodos particularmente fríos: uno comenzando en 1650 (Mínimo de Maunder 1645-1715), otro en 1770 y el último en 1850, cada uno separado por intervalos de ligero calentamiento. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento. Además, explican que el mundo «se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del forzamiento antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático«.
Dicen que «los modelos climáticos tienen muchas deficiencias. Destruyen el efecto de los gases de efecto invernadero como el CO2 . Ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso». Defienden que el «CO2 no es un contaminante. Es esencial para toda la vida en la Tierra. La fotosíntesis es una bendición. Más CO2 es beneficioso para la naturaleza y hace más verde la Tierra: más CO 2 en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo». Explican que «no hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas». Terminan el manifiesto diciendo que «no hay ninguna emergencia climática.Que no hay motivo de pánico ni alarma». Y concluyen que «nos oponemos firmemente a la política dañina y poco realista de cero emisiones netas de CO 2 propuesta para 2050».
En abril de 2022 aparecía la siguiente noticia: El hielo del Ártico no está “desapareciendo rápidamente”: un estudio encuentra tendencias similares durante al menos 200 años. El hielo marino del Ártico ha crecido desde 2012. El calentamiento global se detuvo. Según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC), con sede en Estados Unidos, la ruta marítima del norte a lo largo de Eurasia «puede no quedar libre de hielo» este año por primera vez desde 2007. Las estimaciones preliminares del NSIDC sugieren una probabilidad del 30% de que el hielo marino cubra cinco millones de kilómetros cuadrados, algo que no ha sucedido en ocho años.
Según Copernicus, (Copernicus es el programa de la Unión Europea de observación y monitorización de la Tierra, que analiza el planeta y su medio ambiente en beneficio de los ciudadanos europeos.), la extensión del hielo marino de marzo de 2021 fue solo un 3% inferior a la media de 30 años. Marzo es la máxima extensión de hielo marino en el Ártico. Las cifras recientes muestran que marzo de 2022 fue ligeramente más alto.
En su reciente informe climático de la Global Warming Policy Foundation, el profesor Ole Humlum señaló que: «La tendencia hacia una extensión de hielo estable o más alta en ambos polos probablemente comenzó en 2018 y desde entonces se ha fortalecido». Los registros observacionales del hielo ártico se remontan a principios de la década de 1800 y muestran ciclos en movimiento tanto de temperatura como de extensión de hielo.El meteorólogo estadounidense Anthony Watts señaló que las afirmaciones de que el derretimiento del hielo de Groenlandia eleva el nivel del mar «son solo un una exageración». La afirmación de que el nivel del mar aumentaría en 27 cms era «falsa y fácilmente refutable»
Un artículo publicado por dos glaciólogos en Estados Unidos, Laura Larocca y Yarrow Axford, indicaba que más de la mitad de los glaciares y capas de hielo (GIC) del Ártico que existen hoy en día no existían o eran más pequeños hace 10.000 a 3.400 años. En ese momento, el dióxido de carbono atmosférico oscilaba entre 260 y 270 partes por millón, en comparación con las 410 ppm actuales.
¿Cómo hacer compatible todo eso con el art. 1º de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948?. Ese artículo dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros”
Hoy millones de seres podemos expresarnos libremente. Las nuevas tecnologías nos permiten unir y programar millones de voces para defender una sociedad basada en el respeto a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y la cultura de paz. Y defender que nadie se sienta excluido en este proceso. Hacer oir nuestras voces en favor de los que han sufrido, ya sea el fanatismo, el extremismo, la ira, el odio, o la exclusión. En defensa de ciudadanos libres, que quieren una cultura de la conciliación, del diálogo y de la paz. Una paz basada en la justicia, en la libertad, en la igualdad, en la solidaridad. Ese es el reto para los habitantes de la Tierra. Desechemos una visión catastrófica del cambio climático como una especie de apocalipsis que justifica una transición energética acelerada y autoritaria, pues se hace de manera vertical, por decreto de los gobiernos occidentales (Europa, EE.UU. y Canadá).
Nadie dice el Papa se opondrá a tomar medidas concretas para hacer frente a los grandes desafíos de nuestro tiempo, en particular la guerra y los conflictos, la pobreza y el hambre, la violencia, la exclusión social, la degradación del medio ambiente, y la cultura del descarte, en nombre de la cual «las personas dejan de ser consideradas un valor primario que hay que cuidar y respetar, especialmente si son pobres o discapacitadas» (Papa Francisco), y son descartadas como «todavía no útiles», como los no nacidos, o «ya no necesarias, como los ancianos». Nadie de buena voluntad se opone a esto. Hay que proclamarlo.
«Se trata ante todo de comprometerse y aplicar un nuevo modelo de desarrollo que tenga a la persona humana en el centro, se oriente hacia el bien común y se fundamente en principios éticos de justicia, solidaridad y responsabilidad compartida».
El Papa y el Cambio climático
El Papa se pronuncia sobre el «Cambio climático»
Consideración de la naturaleza. En su encíclica «Laudato si», (carta encíclica, 24 mayo 2015) el papa Francisco retoma el término de la «ecología humana» de su predecesor, el papa Benedicto XVI, que enfatiza la importancia de respetar la naturaleza del ser humano y no manipularla a nuestro antojo. Benedicto XVI recordaba en marzo de 2011, que «la primera ecología que debe ser respetada es la ecología humana» puesto que «sin una clara defensa de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural» y sin «la protección de la familia fundada en el matrimonio entre el hombre y la mujer» no se puede hablar «de una verdadera …
Ocho años después de la Pacem in terris, en 1971, el Papa Pablo VI se refirió a la problemática ecológica, presentándola como una crisis, que es «una consecuencia dramática» de la actividad descontrolada del ser humano: «Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación ». La explotación irracional de la naturaleza, no sólo daña gravemente el medio ambiente, sino que plantea también un grave problema social y humano. El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y «tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado» Recordó que el mundo no puede ser analizado sólo aislando uno de sus aspectos, porque «el libro de la naturaleza es uno e indivisible», e incluye el ambiente, la vida, la sexualidad, la familia, las relaciones sociales, etc.
Se olvida que «el hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza. Un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios.
«A través de la grandeza y de la belleza de las criaturas, se conoce por analogía al autor» (Sb 13,5). Sn Francisco de Asís, pedía que en el convento siempre se dejara una parte del huerto sin cultivar, para que crecieran las hierbas silvestres, de manera que quienes las admiraran pudieran elevar su pensamiento a Dios, autor de tanta belleza. Hoy nos preocupa cuando se extingue un mamífero o un ave. Pero para el buen funcionamiento de los ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorganismos. Algunas especies poco numerosas, que suelen pasar desapercibidas, juegan un rol crítico fundamental para estabilizar el equilibrio de un lugar. Es verdad que el ser humano debe intervenir cuando un geosistema entra en estado crítico, pero hoy el nivel de intervención humana en una realidad tan compleja como la naturaleza es tal, que los constantes desastres que el ser humano ocasiona provocan una nueva intervención.
Suele crearse un círculo vicioso donde la intervención del ser humano para resolver una dificultad muchas veces agrava más la situación. Por ejemplo, muchos pájaros e insectos que desaparecen a causa de los agrotóxicos creados por la tecnología son útiles a la misma agricultura, y su desaparición deberá ser sustituida con otra intervención tecnológica, que posiblemente traerá nuevos efectos nocivos. La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas limitadas. Este hecho desnaturalizó también el mandato de « dominar » la tierra (cf. Gn 1,28) y de «labrarla y cuidarla» (cf. Gn 2,15). Como resultado, la relación originariamente armoniosa entre el ser humano y la naturaleza se transformó en un conflicto (cf. Gn 3,17-19). Hoy la desarmonía se muestra, con toda su fuerza de destrucción, en las guerras, las diversas formas de violencia y maltrato, el abandono de los más frágiles, los ataques a la naturaleza. Los textos bíblicos nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (cf. Gn 2,15). Mientras «labrar» significa cultivar, arar o trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza. Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. Es preciso acoger a los seres débiles que nos rodean.
Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo» [120] (Discurso al Deutscher Bundestag, Berlín (22 septiembre 2011). La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»[121].
De la Agenda 2030 parece deducirse concepción de que el ser humano se hace a sí mismo, y de que no estamos condicionados por la biología, ni por la raza ni incluso por la especie. La visión cristiana, en cambio, considera las cualidades que nos vienen dadas: sexo, raza, cultura, lugar de nacimiendo, como un don de Dios, y tenemos que aceptarlas para desarrollar lo que estamos llamados a ser. «…..No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología. Cuando la persona humana es considerada sólo un ser más entre otros, que procede de los juegos del azar o de un determinismo físico, «se corre el riesgo de que disminuya en las personas la conciencia de la responsabilidad» (Benedicto XVI). Un antropocentrismo desviado no necesariamente debe dar paso a un «biocentrismo», porque eso implicaría incorporar un nuevo desajuste que no sólo no resolverá los problemas sino que añadirá otros…» ( «Laudato si» Papa Francisco)
En la Exhortación papal «Laudate Deum» 2ª parte» de la encíclica Laudato si, el PapaFrancisco muestra su visión sobre la llamada «crisis climática», el «sufrido planeta» y «el cuidado de la casa común». Empieza afirmando que no cabe atribuir cada catástrofe al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos. Y afirma a continuación que Ya no se puede dudar del origen humano del cambio climático.
La Exhortación, expresa un pensamiento crítico sobre los mecanismos del desarrollo que lleva al impacto del cambio climático y advierte que sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas. «… es indudable que el impacto del cambio climáticoperjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas….El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo…» Incluso advierte que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural. Y que por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes.
El Papa dice que que aunque se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. También artribuye al cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de los puestos de trabajo. Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva. Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello. Y no duda del origen humano —“antrópico”— del cambio climático.
Si es aceptable cuando dice que La Biblia narra que «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno» ( Gn 1,31). De Él es «la tierra y todo lo que hay en ella» ( Dt 10,14). Por eso Él nos dice: «La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes» ( Lv 25,23). Entonces, «esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo».
Es evidente que el Papa Francisco no es ningún experto en esta cuestión. En la reciente exhortación apostólica «Laudate Deum», habla del cambio climático como una «emergencia climática», y defiende esa postura, como si nos fuera la vida en ello. Grandes son los problemas que afectan en estos momentos a la Iglesia, pero para Francisco su gran preocupación es «la crisis climática» El Papa Francisco subraya afirmativamente todos los eslóganes ideológicos sobre el «cambio climático» que defiende la Agenda 2030 y otros foros, que tratan de proponer e imponer una única visión sobre este tema. El Papa indica que ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático. Y elabora una teoría aportando datos históricos sobre la emisión de gases y el mínimo aumento de la temperatura del planeta. Lo apoya en una abrumadora mayoría de científicos, especializados en clima sostienen esta correlación y que un bajo porcentaje niega esta evidencia.
«…No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX. Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia…» (nº 13). Para el Papa, «…algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de años, como el aumento de la temperatura global de los océanos, su acidificación y disminución de oxígeno. Las aguas oceánicas tienen una inercia térmica y se requieren siglos para normalizar la temperatura y la salinidad, lo cual afecta a la supervivencia de muchas especies…» (nº 15)


