El dinero, estiércol del Diablo
Según los cuatro evangelios canónicos, Judas traicionó a Jesús ante el Sanedrín a cambio de treinta monedas de plata. El discípulo condujo a los esbirros enviados por el Sumo Sacerdote al Jardín de Getsemaní, donde se encontraba Jesús, y lo identificó por medio de un beso y saludándolo como Rabí, o «maestro».(Mc 14.10-11; Lc 22.3-6; Mt 26.1-5; Jn 11.45-53)
Los soldados sobornados (relato de la Resurrección) (Mc 16.1-8; Lc 24.1-12; Jn 20.1-10; Mt 28,8-15)
“…algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido.
Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna: «Digan así: ‘Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos’.
Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo».
Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.

¡Cuánta maldad se instala en las personas que viven apegadas al dinero y a todo lo que él significa! Para muchos, probablemente para la mayoría de los seres humanos, el dinero es un “dios”, se le adora y por el que están dispuestos a cometer las mayores injusticias, incluso a matar.
El papa Francisco critica que se paguen sueldos en negro o bajos y pide que «los seres humanos manden al capital y no el capital a los seres humanos”. También que es necesario «luchar contra la prostitución de las cooperativas que engañan a la gente con objetivos de lucro» y pide promover la «economía de la honestidad”. «Hay quien ofrece 11 horas de trabajo al día por 600 euros al mes. Y si no te gusta, pues te dicen que te vayas a casa. Esto es lo que pasa en este mundo, donde si tú no aceptas, otro aceptará”.
«El hambre hace que se acepten trabajos en negro”.
De san Basilio de Cesarea, llamado también Basilio el Grande, o el Magno, Padre de la Iglesia del IV siglo, (329-379) es la frase que diría después san Francisco de Asís, «el dinero es el estiércol del demonio.»
La ‘riqueza deshonesta’ es el dinero -dicho también ‘estiércol del diablo’-
Es preciso transformar los bienes y las riquezas en relaciones, porque las personas valen más que las cosas y cuentan más que las riquezas poseídas».
El dinero, el estiércol del demonio
Frase atribuida a San Basilio de Cesarea