Necio

La historia del hombre que acumuló para sí mismo

Un hombre tenía una tierra muy fértil y ese año la cosecha fue muy abundante. 

Al ver que no tenía dónde guardar todo, pensó:

— Derribaré mis graneros viejos y construiré otros más grandes. Así almacenaré toda mi cosecha y mis bienes, y podré vivir tranquilo muchos años, descansando, comiendo y disfrutando.

Pensaba que la seguridad estaba en acumular, confiando en sus riquezas. 

Pero esa misma noche, sucedió algo que que no pudo evitar: la muerte.

Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?

NECIO, palabra fuerte

Esa palabra no es solo un reproche, es una advertencia profunda que nos interpela a todos. 

Acumular para uno mismo sin pensar en Dios ni en los demás es vivir en la ceguera de la codicia

Quien guarda solo para sí, no es rico ante Dios, porque la verdadera riqueza no está en lo material, sino en el amor, la generosidad y la entrega.

La pregunta retumba en cada uno de nosotros: ¿qué estás, estamos haciendo? ¿Solo bienes para ti, o riqueza que trascienda? Porque llegará un momento en que la vida terminará y solo lo que hayamos vivido en plenitud, en bondad y fe, quedará.

El “necio” es aquel que no reconoce que la verdadera vida está en dar, compartir y amar, no en acumular. 

NECIO

Que esta palabra nos sirva para despertar y buscar ser verdaderamente ricos ante Dios, no en bienes materiales. Que así sea.

Inspirado en: Lc. 12.13-21Domingo XVIII del tiempo ordinario 3-agosto 2025


Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *